al Pueblo cristiano español, ó sea Parafrasis libre del Cántico de Moisés (Deut. cap. 32), ó una imitacion del mismo. 1. Oid ¡oh españoles! lo que hablo: oiga tambien la nacion toda las palabras y doctrinas de la Voz de la Religion. 2. Las verdades que ella os publica penetren y hagan asiento en vuestros corazones, como la lluvia que se condensa en las nubes lo hace cuando cae en una tierra muy seca. y las que Las palabras de verdad que os haya predicado, que va a anunciaros, sean como una lluvia cayendo en vuestras almas como en tierra bien preparada, las haga fecundas y producir frutos de vida. 3. Porque invoco la Religion en nombre de Dios, predicad vosotros su grandeza. 4. Sus obras son perfectas, y todos sus caminos justicia; es fiel el Señor y sin iniquidad, justo y recto en todo lo que hace con nosotros. 396 5. Hemos pecado contra el Señor ;, nos hemos he cho indignos de llamarnos sus hijos, y nos hemos convertido en una generacion torcida y perversa. 6. ¿Asi pagas á tu Dios, pueblo necio é insensatoi ¿por ventura no es él tu padre, que te poseyó como propia heredad, que te hizo y te crió, que siempre te ha enriquecido con sus gracias y distinguido entre las naciones todas? 7. Acuérdate ¡oh España! de los tiempos antiguos, considera una por una las generaciones; pregunta à tus padres y te lo declararán; á tus mayores y te lo dirán. 8. Cuando el Señor por sus juicios eternos permi tia la division en otras gentes, cuando los abandona ba al loco frenesí de la nefanda filosofia y de sus errores, puso un muro de bronce para que á tí ne asaltaran. 9. Y privilegió á tí su nacion querida, y te preservó de los males que aquellas sufrieran. 10. Cuando te tenian por nacion ruda, fanática y atrasada en las arterías de la impiedad y el desorden entonces te guardó el Señor como á la pupila de su ojo II. Como el águila que estiende sus alas para proteger los polluelos de su nido, asi el Señor andaba sobre nosotros, y nos tomó y llevó sobre sus hombros. 12. Solo Dios y su Religion verdadera fue nuestro caudillo, y jamás entre nosotros hallaron entrad las mentiras de la impiedad. 13. Nos estableció en una tierra fecunda y en u parage elevado sobre las bajezas con que los dema pueblos se mancharon, y nos dió á comer el nécta de sus verdades divinas, y á gozar con prodigio de agua de su gracia, que salta hasta la eternidad. 14. Nos alimentó, como con manjares sólidos bien sazonados, con la doctrina pura de su Religio |