Coleccion de las obras suelas: assi en prosa, como en verso, Band 3

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A. de Sancha, 1776 - 21 Seiten

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Seite 172 - ... fuera de las honradas resistencias que les hicieron Canaria y Puerto- Rico, en que les mataron otros tantos. Y no es esta victoria tan pequeña , que no sea de mucha...
Seite 461 - No me espanta, amados hijos, Veros y verme en tal trance , Porque un traidor encubierto Es señor de mil leales. Si el ver muerto á un...
Seite 49 - ... las vieras ! y en ellas un manzano , que retrata tus pechos en su fruto, y en sus flores de tu divina cara las colores. 'No lejos de mi cueva se levanta un pomposo nogal, a cuya sombra mil ovejas sestean, porque es tanta que hasta la margen de la mar...
Seite 226 - La qual como passó, nadie se atreva contar mejor en verso Castellano, aunque parezca en Chile cosa nueva, que Pedro de Oña , aquel famoso Indiano : este dirá mejor de vuestra Cueva, que es monte de Helicona soberano, gran Don Beltran, que no mi Vega humilde, que apenas soy de aquellas letras tilde.
Seite 10 - Circe encubre , que la sombra de un hombre poderoso, claro en linage, mil delitos cubre: pues muchas cosas de sufrirse duras la misma claridad las hace escuras.
Seite 441 - Martialis, haec sunt: res non parta labore, sed relicta; non ingratus ager, focus perennis; lis numquam, toga rara, mens quieta; vires ingenuae, salubre corpus; prudens simplicitas, pares amici; convictus facilis, sine arte mensa; nox non ebria, sed soluta curis; non tristis torus, et tamen pudicus; somnus, qui faciat breves tenebras: quod sis, esse velis nihilque malis; summum nec metuas diem nec optes.
Seite 9 - Corinto egeo, que con velas y flámulas tendidas despreciaban el golfo de Nereo ; las esperanzas de volver, perdidas, al patrio suelo, fin de su deseo, reservadas al cielo ya las naves, en lágrimas bañó los ojos graves. Cerca una isla el mar...
Seite 9 - Habia dado Circe al Rey su esposo Veneno sin razon , en que descubre El alma de su pecho cauteloso: Y el sol con ser tan claro á Circe encubre; Que la sombra...
Seite 442 - ... quien ya se le atrevió el arado, Con púrpura fragante adornó el viento, Y negando en la pompa su elemento, Bien que caduca luz, fue sol del prado. Tuviéronla los ojos por cuidado, Siendo su triunfo breve pensamiento: ¿Quién, sino el hierro, fuera tan violento, De la ignorancia rústica guiado?
Seite 45 - ... mudos: sale una fuente en esta orilla amena, jamás tocada de animales rudos, y aquellos golpes, con que vuelve arriba, me parecen tu risa fugitiva. Calle la flor azul del verde lino, calle este monte...

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