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Consolémonos pues en nuestra tribulacion, y gloriémonos en ella, sabiendo que la tribulacion produce la paciencia; la paciencia nos sirve de prueba, y la prueba obra en nosotros una firme esperanza, que jamás nos confundirá, por la caridad y amor que difunde en nuestras almas el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Consolémonos, repetimos otra y mil veces, unidos en esta caridad y amor, en este espíritu de Dios; oremos siempre unos por otros, reunidos en espíritu en la llaga del costado de nuestro amabilísimo Redentor Jesucristo, Amen,

por

Sabed ¡oh españoles queridos! que desde el momento en que una injusta fuerza trató de dominar el gobierno de muchas de nuestras Iglesias, ya vacantes por la muerte de sus Obispos, ya desoladas por su estrañamiento ó destierro, no hemos tenido sosiego ni descanso, afligidos de continuo, no solo por nuestro estado y el vuestro, sino saber de cierto lo que entre dichas Iglesias pasa en orden al régimen y gobierno de las conciencias, al pasto espiritual de las almas, y todo lo concerniente á la direccion espiritual de nuestra amada grey, porque sabemos que en ellas no siguen tampoco apacentándola los Párrocos y Pastores legítimos, por estar del mismo modo estrañados ó muertos, y porque los que las rigen como Vicarios no han sido canónicamente nombrados, aunque tal se ha dicho, repetido y supuesto; y aun dudábamos si estos por su doctrina y circunstancias me recieron serlo, y tal que pudiéramos estar seguros de que os conducirian por las sendas de salvacion, unidos siempre con vuestros propios Pastores, los que existen do quiera que esten, y los que no, con el Pastor supremo en la santa comunion y unidad de la Iglesia romana, que es la cabeza visible, y á la invisible Jesucristo, sin cuya union no hay salud ni vida en el alma,

Nuestros temores por desgracia se han aumentado con las desagradables noticias que hace poco nos llegaron y os publicamos de las santas Iglesias de Málaga y otras mas, y recordándoos, aunque de paso, la obligacion que teneis de seguir á los legítimos Pastores, huyendo de los mercenarios é intrusos, tomando por norte y guia las doctrinas puras y sanas que van ya repetidas en esta obra, nos creemos en la indispensable obligacion de levantar nuestra Voz, y dirigiros nuestra palabra para precaveros de tantos males y peligros comunes y generales como entendemos os amenazan y rodean, bastantes para llenarnos de un continuo dolor, y sugerirnos las reflexiones mas tristes que afligen nuestra alma de un modo que nos dá tédio la vida, y quisiéramos perderla con tal de libraros del grande peligro en que estais de ser seducidos y de perderos para siempre; mas no, amados nuestros, confiamos y esperamos mejores cosas de vosotros; y entretanto no cesamos en nuestras oraciones por vosotros, sirviéndonos de consuelo vuestro deseo, que sabemos teneis de ser regidos por legítimos Pastores, y nosotros de que lo seais, teniendo entretanto la confianza de que llegará á vosotros la palabra que os dirigimos, y la recibireis para vuestro consuelo y edificacion, y de todos los que quieren y aman la verdad.

¡Oh amados españoles! quisiéramos que asi como å todos os tenemos en nuestro corazon para vivir y morir con vosotros, fuese tal nuestra Voz, que penetrando hasta lo mas íntimo de vuestro espíritu, os infundiese una fortaleza santa, capaz de haceros superiores á todo temor y respeto humano, y á vencer todos los trabajos, todas las tribulaciones, y todos los ardides del mundo y del infierno que se dirigen contra vosotros, con el intento de despojaros del mas

precioso tesoro de la Religion de Jesucristo.

¡ Oh amados nuestros! estad firmes en la fe, y armaos con ella como con un fuerte escudo, como con un morrion, como con una coraza capaz de resistir á todas las saetas y dardos de los enemigos de Jesucristo y de su Iglesia: velad y orar con espíritu y fervor, porque los dias en que vivimos son malos. Jamás el espíritu infernal, el espíritu de tinieblas y de error ha hecho tanta ostentacion de su mentido poder en el mundo. Jamás ha reunido tantos ministros y viles esclavos suyos que le hayan servido tan fielmente, valiéndose de las armas propias suyas, de la mentira, del engaño y seduccion, transformándose en ángeles de luz los que no son sino soberbios y orgullosos espíritus de tinieblas, de confusion y de horror.

De esta transformacion diabólica, de este espíritu de error, de seduccion y de mentira, de esta hipocresía altanera, en que hace tantos años se estan instruyendo y amaestrando un crecido número de hombres perdidos y soberbios, se ha originado el trastorno de la Europa y del mundo, en tal manera, que parece haberse derramado ya sobre el trono de la Bestia la copa del quinto ángel del capítulo 16 del Apolipsis, que hizo todo su reino tenebroso, envolviéndole en tal caos y confusion, que por no entenderse á sí mismos, ni entenderse los unos á los otros, se mordian y despedazaban las lenguas de dolor, y se desataban en blasfemias contra Dios. Con efecto, ¿qué otra cosa es lo que hemos visto y estamos viendo en los revolucionarios que nos afligen?. En los principios que los dirigen y que han llenado á la España de sangre y de desastres y al mundo de horror, se desconoce toda idea de justicia y de equidad: se niega toda autoridad, todo poder, toda ley se desconoce la Religion verdadera, y se niega hasta la existencia

de un Dios se le blasfema y se permite blasfemarle impunemente. Todo se confunde y desfigura; se llama bueno á lo malo, y á lo malo bueno; luz á las tinieblas, y á las tinieblas luz; ilustracion á la ignorancia, orden al desorden, libertad á la opresion, reforma y arreglo á la destruccion de todo, felicidad de los pueblos á su empobrecimiento y ruina, sana moral y civilizacion á la molicie, á la disolucion y á la mas completa corrupcion de las costumbres; y se llama pureza de Religion á la irreligion, y á la impiedad; por fin, y para contraernos desde luego á nuestro principal asunto, de aqui proviene tambien el llamar reforma de la Iglesia el perseguirla del modo mas atroz y terrible que se ha conocido desde que existe.

Sí, amados españoles, se persigue á la Religion y á la Iglesia de Jesucristo del modo mas atroz y mas. terrible; y sobre este punto queremos llamar mucho vuestra atencion, por si acaso hubiese algunos que no se hayan penetrado de esta verdad, ni dádola toda la importancia que se merece, viviendo engañados en materia tan importante, creyendo todavia, por falta de instruccion, se puede contemporizar con lo que no es sino impiedad é irreligion, unir á Dagon con el Arca santa, y á Cristo con Belial.

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Los tiranos que perseguian á la Religion y á la Iglesia en sus primeros siglos, en medio de su tiranía y crueldad eran francos y consiguientes: querian abolir la Religion y estinguirla, y asi lo decian y publicaban los tiranos de estos tiempos, los perseguidores de la Religion y de la Iglesia, que emplean contra ella todos sus proyectos, todos sus esfuerzos y maquinaciones, cuando no dejan piedra por mover para acabar con ella, no omiten tampoco cuantos recursos les sujie e su infernal astucia para persuadir á los incautos que la defienden, la sostienen y propa

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gan. Los tiranos la aborrecian, y asi lo manifestaban con las obras y con las palabras; los perseguidores filósofos y sectarios de ahora la oborrecen mas que aquellos, al mismo tiempo que con sus palabras quieren persuadir la respetan y veneran. Todas sus miras fuerzos, aun en lo político, todos sus proyectos para el trastorno de los estados y gobiernos, toda su influencia en los gabinetes y diplomacia, todo se dirige y tiene por objeto principal la destruccion de la Religion de Jesucristo y de su Iglesia.

La guerra misma, la guerra desoladora que aflige

y consume nuestra amada patria, no creais que la han promovido y sostienen por fines políticos, ni por derecho de sucesion y de familia. Ellos, esas sectas de perdicion, han ocupado el gobierno de la nacion española so pretesto de sostener á toda costa el trono; pero muy distante de quererlo asi, su verdadero objeto es el de sepultar la Religion y la Iglesia de Jesucristo entre las ruinas de la católica España: su verdadero intento es, so color de sostener derechos, trastornar todo derecho divino y humano, y con las voces de libertad y defensa de los derechos del hombre, hacer esclavo al hombre y el juguete de sus pasiones, degradándole hasta la clase de los brutos.

que

No es por cierto, no, la triste guerra contra otro que contra la Religion; bien probado está. No ha dado piedra por mover para destruirla; hasta el pol◄ vo de los cimientos materiales de los Templos ha sido objeto de la rabia y furor de los revolucionarios, desde el cáliz y el copon en que se consagra el cuerpo y sangre adorable de Jesucristo.

Asi pues, amados españoles, nunca mas que aho ra es necesaria, en la triste época en que vivimos, la continua vigilancia y la oracion para conseguir de las misericordias de Dios el don de perseverancia y cons

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